lunes, 6 de mayo de 2013

Cruces de piedra de nuestro pueblo


Pocas ocupaciones resultan tan satisfactorias como una buena conversación. En el diálogo se crea un espacio intermedio donde se suprime la diferencia entre lo tuyo y lo mío y aparece lo nuestro. Y así como quien no quiere la cosa, se abre una comprensión más profunda de las cosas y de la vida. Enriquecemos nuestra personalidad, pues aprendemos algo que ignorábamos.




Por lo demás, una buena compañía intensifica notablemente esta comunicación, pues nos hace participes de todo el conocimiento que atesora, al revelarnos sucesos e historias cercanas que tal vez ignoramos.

Este pasado sábado, invitados por Joaquín Domínguez Guijo, compartimos con los participantes en el proyecto RELAS un delicioso paseo por alguno de los hitos que suponen las cruces de piedra de nuestro pueblo. Una docena de personas afortunadas, pudimos disfrutar de las explicaciones que el profesor González Peralbo nos ofreció sobre nuestras cruces, nuestros lugares, nuestras gentes y nuestras costumbres; en definitiva: sobre nuestra particular historia.

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