miércoles, 13 de noviembre de 2013

EXHUMADO EL PRIMER LIBRO DE ENTERRAMIENTOS DEL CEMENTERIO DE POZOBLANCO


Como parte de las labores de reestructuración y organización que se están llevando a cabo en el Archivo Municipal, el pasado mes de agosto la archivera María Moreno García realizó una visita de inspección a la documentación depositada en el sótano de la institución municipal en compañía de los integrantes del proyecto de digitalización de protocolos notariales que actualmente se está ejecutando en el citado archivo -Rubén Moreno Aláez y José Luis González Peralbo-, logrando localizar en él una serie de libros que, una vez examinados, comprobaron que contenían las anotaciones de las personas fallecidas y enterradas en el cementerio de Nuestra Señora de los Dolores de Pozoblanco desde su fundación en julio de 1888 hasta los primeros años del siglo XX.


Los libros están clasificados según diversas categorías como enterramientos generales, panteones, párvulos, enterramientos perpetuos y temporales, etc., y en ellos se especifican datos de los protagonistas tales como la identidad de los finados, fecha de enterramiento, edad, naturaleza geográfica (localidad y provincia de nacimiento), domicilio, parroquia, estado, profesión, clase de enterramiento y ubicación exacta de la fosa o nicho donde fueron sepultados.

 El libro primero contiene información del periodo 1888-1899 y está firmado por el entonces capellán del camposanto municipal, don Antonio Sánchez-Tirado Cabrera. 


Los datos aportados por estos libros son importantes no sólo desde un punto de vista puramente histórico o de patrimonio documental, también lo son a nivel familiar y sentimental y, sobretodo, constituyen una herramienta muy útil para la gestión que desempeña el correspondiente negociado municipal.


Hasta ahora los datos que manejaba el citado servicio y podía proporcionar a los ciudadanos en las gestiones sobre localización de enterramientos de familiares y su utilización y situación administrativa se iniciaban a mediados de la segunda década del siglo XX por carecer de libros de anotaciones anteriores, libros que se consideraban inexistentes o extraviados y son los ahora descubiertos en el sótano de las casas consistoriales, encontrándose sin clasificar y mezclados con otros documentos de temática muy diferente.